jueves, 20 de mayo de 2010

La bestia interior

"Iba a seguir con el capítulo 1 de Los ojos del Lobo pero he decidido poner otro relatillo corto.
Para ser sinceros no sigo con el capítulo porque quiero cambiar algunas cosas.

Este relato es uno de esos que escribí dejándome llevar: me siento en mi escritorio, coloco el boli en el papel y dejo que él me guíe.
Podría ser que lo que vamos a leer lo hayamos encontrado en un viejo desván en una libreta maltratada por el tiempo, o que fuera una grabación olvidada en un cajón, o incluso la última confesión de un moribundo...

Ya no os entretengo más, espero que lo disfrutéis.

-El Carcelero"


MI OTRO YO

Al recordar los motivos por los que me vi impulsado ha abandonar el mundo que conocía y alejarme de todo aquello que alguna vez me pareció racional adentrándome en los oscuros lugares de mi paranoica mente, siento un gran pesar. Ya que no conocía hasta que punto la locura se había apoderado de mi y creía en mi maldita ignorancia que la salvación de mi alma seria una tarea sencilla. Pensaba que simplemente con unas cuantas sesiones de autocontrol podrían alejarme de mis abstractos pensamientos y se encauzarían hacia senderos menos escabrosos y macabros.

Maldita ignorancia.

Llevo años recorriendo mi oscura mente y aun no he encontrado ni tan siquiera una señal que me indique que el amanecer esta próximo en la negra noche en la que vivo.
El pasado se me presenta como futuro y el presente es demasiado fugaz como para llegar a reconocerlo. Alguna vez se que tuve amigos o familia pero he perdido esos recuerdos en la locura de mi viaje.
Creo que mi final se acerca, y no porque sepa que por fin haya encontrado el final del largo túnel en el que vivo, sino, porque ya casi no me quedan fuerzas para continuar en esta lucha eterna contra mi propio yo.
Cada vez son mas frecuentes los periodos en que dejo que la criatura que habita en mí tome el control de mis actos y mi mente se ofusque y no recuerde nada de lo que haga.
Triste consuelo, ya que al despertar en mí, pese no recordar nada, mis ojos me trasmiten las monstruosidades que me rodean. A veces me desvanezco al instante por no poder soportar en mi ya escasa conciencia lo que se que la criatura ha hecho en mi nombre mientras mi mente dormía en la profunda ignorancia.
A veces me asalta un terrible presentimiento, de que las personas que mas amaba yacen muertas en algún sótano abandonado o enterradas en algún lugar perdido en las montañas en las que viví.
Digo viví, porque sé que ya estoy muerto, hace meses que lo sé. Pese a que mi mente no se atreve a reconocerlo del todo y aun lucha contra la verdad. El yo que era, ya no existe. Ahora solo soy eso.

Maldita ignorancia.

A veces he intentado acabar con él, cuando aun conservo algo de control, pero no me deja. Me atormenta haciéndome pensar que puedo lograrlo, para arrebatarme el triunfo en el último momento.

Lo noto.

Noto como intenta salir otra vez a la superficie.

Resistiré cuanto pueda, pero se que mi lucha será inútil y que él al final acabará venciendo.
Hace tiempo que olvide mi nombre, pero si alguna vez alguien me reconoce, quiero que sepa que esa cosa no era yo. Que morí hace tiempo y que mi cuerpo es solo una carcasa habitada por un ser inhumano.

Adiós.

Ya se acerca...

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